Mar, tú no eres una sola ola, mar.
Tú no eres la mirada única, tú
pasas y te vas quedando. Eres tiempo,
con la diferencia de tu color azulado.
Tú estás ahí, mar. Y yo te quiero
más allá de la orilla, los barcos.
¡Eres tan infiel a un mismo reflejo!
Tú siempre moviéndote y bailando,
mar, taconeando en tablao tierno.